Emociones. Emociones. Emociones.

¿Se han preguntado que tan importantes son? Contrólalas, me decía a mi misma, estar así no te llevará a algo bueno.

Pero ¿ocultarlas sí?

Y ese ha sido mi eterno problema, ocultar todo aquello que considero no deberían salir a luz. Estoy equivocada, siempre lo he estado. Y soy consciente de ello, entonces ¿por qué sigo así?

Es difícil erradicar algo que llevas haciendo toda la vida.

Ocultarlas ha tenido un precio en el pasado: llegó un punto en donde no fui capaz de soportarlas todas, exploté y con ello, mi salud se vio perjudicada.

Pero todo pasa por algo, todo eso, me ayudó a relajarme, me ayudó a conocerme. Me ayudó a superar las siguientes situaciones difíciles que tenía que enfrentar.

Pero mis emociones me han estado haciendo una mala jugada. Y es mi culpa, yo dejé que todo esto avanzara tanto.

Ya pasó. Me digo una y otra vez, pero no es posible borrar aquellos momentos, porque importan.

¿Fue lo mejor? La pregunta surge a cada rato ¿de verdad lo fue?

¿Y qué sentido tenía continuar? Solo estabas lastimándote a ti misma ¿valía la pena?

Claro que no, pero no deja de sentirse mal.

Y aun así….

Siento que me he quitado un peso de encima, no era justo y lo sabía y entonces ¿qué me daba miedo?

Lastimar a las personas que te importan siempre dará miedo.

Pero engañarlas es peor.

Lo siento. Lo siento. Lo siento.

Nunca fue mi intención lastimarte, nunca.

Pero las cosas pasan por algo ¿no? Las cosas terminan por algo.

No sé como explicar lo que estoy sintiendo, nunca había experimentado tantas emociones juntas, nunca había pasado por eso.

Se siente bien y al mismo tiempo, no.

Tantas emociones en pocos días… fue demasiado, mi cuerpo lo está resintiendo, otra vez.

Cálmate. Respira.

Inhala. Exhala. Inhala. Exhala.

Y ahora ¿qué es lo que sigue?